
Se carga, se vacia.
Un pendulo vacio.
Huesos sin carne.
Ni carne ni huesos.
Vacio.
Lleno, vacio.
Voy, vengo, voy.
En un extremo, el pendulo se detiene por un instante, y teme quedarse ahi para siempre.
Desde ese extremo, al que ha llegado deteniendose progressivamente, tiene prespectiva,
tiene vertigo, lo ve todo, en el tiempo y en el espacio.
Y me muero lentamente porque estoy quieta ahi,
y olvido, que volveré, pero aun queda toda la ida.
Y no recuerdo como era, pero temo la velocidad que se avecina.
Y admiro la fuerza ajena,
y la busco por las piedras.
Porque una vez has empezado, a volverte imbécil,
tendra que pasar mucho tiempo,
un tiempo aun,
para volver a saber de que coño estoy hablando.
me rindo un rato.