dissabte, 29 de març del 2008

Nostalgia





La fiesta ha terminado. Llevo una pinza de tender en el pelo, mi abuelo nos acompaña al ascensor para abrirnos la puerta de abajo. Ya esta cerrada, a esa hora, con las dos vueltas de la norma. La calle esta desierta y silenciosa, y al dar un paso fuera, huelo y me trepan raíces, de nostalgia, con tristeza, por pulmones de maleza.

Vuelven horas de aburrimiento empalagoso, de niña mía y también suya. El parquet de un cuarto de amargo dulce, al amarillo pastel. Vivo castillos de lego y bautizo muñecos hermanos. En el asiento de atrás del coche, apestava a gasolina.

Fue por la humedad fría y el olor de lluvia seca. Nuestros pasos resuenan la calle. Le doy la mano a mi madre y miro al suelo, gris y negro, alcantarilla y espejo roto y mi pie pequeño y mi pie grande y sus hermanos gemelos