dijous, 20 de març del 2008

Libertad


No te entendía cuando me decías que yo era libre, pero realmente libre. Te equivocabas: no era libre. Yo era una explosión. Luego mi libertad no fue espontánea: a principio fue racional. Cuando supe que era libre, tenia que dar pasos mentales: el deber me dicta esto, mi obstinación lo otro, soy libre de no obedecer, y de obedecerme. Pero siempre necesitaba una justificación.

Necesitaba encontrar una excusa, verdadera o falsa, para explicar lo que yo quería, para disculpar mi libertad. Ya se que ya sabes que hablo en pasado y es un eufemismo: es orgullo confesado. Ya se que esta culpa es un mancha en la raíz de mi voluntad, pero hoy no puedo quitarla. Yo mataré mi orgullo, solo en nombre de la verdad: me lo comeré, sazonado con patatas de razón.

Porque quiero.