dimecres, 21 de gener del 2009

Cada dia abro menos el portal de mi casa.

El gesto se vuelve cada vez mas rapido, mas preciso y mas harmonico. Empiezo a sacar las llaves a la distancia justa. Sin alterar el paso, estan en mi mano un metro antes de alcanzar la cerradura. Ahi elijo la llave, y el gesto de introducirla y girarla se funden en uno mietras impulso la puerta con el antebrazo.

Este impulso cada dia es mas leve, y mientras me deslizo a toda prisa, desencajo suavemente la llave de la puerta que ya vuelve por su propio impulso, y salvo la mano de milagro.

Hoy he tenido que maniobrar tan rapido que creia que me quedaria atascada, un pie, al menos; pero no. Otras vezes me ha ocurrido. He esquivado la puerta, que dicho a mis espaldas: "Crrumb" - y se ha callado, imperterrita frente a mi hazaña.